sábado, 28 de enero de 2012

Twitter: libertad de empresa o libertad de expresión.



La empresa que creó twitter en San Francisco, California y que tiene más de 100 millones de usuarios de este microblogging, ha entrado en una polémica. Con el hashtag #Twittercensored se ha creado una protesta de los usuarios que rechazan la nueva disposición de restringir contenidos que violen normas de algunos países.

Incluso, este sábado 28 de enero, se hizo un llamado a realizar un #twitterblackout  (apagón) en esta red social, como rechazo a la medida que,  afirman, viola la libertad de expresión a la que están acostumbrados los usuarios de twitter en todo el mundo.

Si de libertad hablamos, la primera la empleamos cuando nos dimos de alta como nuevos usuarios y aceptamos los términos: “…el usuario únicamente podrá hacer uso de estos servicios si acepta un contrato vinculante con twitter como también recibir dichos servicios según las leyes de los Estados Unidos u otra jurisdicción aplicable”. Le dimos “click” a aceptar y listo, le entramos al juego, con todo y sus reglas.

Es cierto que twitter se convirtió durante 2011 en una herramienta revolucionaria en los levantamientos populares de los países árabes, los ciber-movimientos en México o el rechazo a las políticas económicas y populistas en España. Ha sido un extraordinario medio para informarse de manera oportuna y veraz de lo que sucede en el mundo, ante las restricciones que sufren los medios tradicionales de noticias.

La empresa reconoce el crecimiento exponencial que ha tenido twitter, sobre todo en países que tienen diferentes ideas acerca de los contornos de la libertad de expresión. Y afirma. “.. algunos difieren tanto de nuestras ideas que no será posible que existamos en ellos…Otros son similares pero, por razones históricas o culturales, restringen cierto tipos de contenido, como Francia o Alemania, que vetan el contenido pro-Nazi”.

Esta red social ha adoptado otras medidas que permita a los usuarios contar con este servicio en sus países como la “censura selectiva”, es decir restringir contenidos en países específicos, mientras los dejan disponibles para el resto del mundo.

Sin embargo, estas medidas no han dejado satisfechos a los usuarios que acusan de una afrenta a la libertad de expresión. El especialista en redes sociales y consultor Antoni Gutiérrez-Rubí afirma:” twitter pretende enjaular el anhelo y la esperanza que en forma de tuits, hashtags, menciones y retuiteos construyen un nuevo ecosistema relacional e informativo global”.

Entonces el dilema que se plantea ahora es entre el negocio que representa twitter y la responsabilidad ética en la transmisión de contenidos. El New York Times los plantea así. “¿debe ser una herramienta para la libertad de expresión que pueda servir para enfrentarse al poder, como ocurrió a la primavera árabe, o un proyecto comercial que obedezca las leyes de los lugares donde trate de ganar usuarios y, en último término, dinero?.

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